lunes, 25 de octubre de 2010
Hospital, planta de niños
Hora y media de viaje mirando al cielo,
buscando formas en las nubes, como antes.
Mi padre se ha dormido con un puro en la boca,
lo vemos por el retrovisor
y mi hermano y yo nos reímos.
Hora y media de viaje y la planta de niños,
qué tristeza.
El nene sentadito en su cuna, bueno, el nene no,
más bien su sombra con los ojos hundidos,
despistado, triste como el ambiente.
Al lado, un bebé deforme,
tres meses de dolor que lloran,
un monstruo sin oxígeno, sin madre, sin brazos.
Para él, la habitación vacía.
Sólo mi sobrino que al oírle llorar
le ofrece su chupete.
Carmen Beltrán
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