Me olvidé de morir. Llené
de luciérnagas el templo de tus sueños
y los juguetes de tu corazón.
Viví cada milisegundo junto a ti,
me movía por ti.
Le arranqué una sonrisa
al carpintero de la lluvia
mientras cerraba tus heridas.
Había tierra en tus ojos
cuando subimos al buque fantasma.
Ángel Petisme
miércoles, 16 de marzo de 2011
HABLANDO CON HOMBRES OSCUROS
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