domingo, 27 de marzo de 2011
LA ESCAPADA
Como una triste sombra caminaba
sin hallar el perdón que perseguía,
sintiendo que la calle me vencía
y el creciente silencio me cercaba.
La noche en torno al tedio se cerraba.
La lluvia en sus empeños insistía.
En ellas la insustancia competía
con las luces que el suelo reflejaba.
En un tugurio entré para evitar
el naufragio que ya era inevitable.
Tomé una copa, me acerqué al espejo
y vi en mi imagen, burla del azar,
otra sombra que existe, inexorable,
atrapada en la farsa de un reflejo.
José Verón Gormaz
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