Y antes que se me olvide
Al propio dios hay que cambiarle nombre
Que cada cual lo llame como quiera:
Ese es un problema personal.
Al propio dios hay que cambiarle nombre
Que cada cual lo llame como quiera:
Ese es un problema personal.
Nicanor Parra
la idiosincrasia
de una ciudad como ésta
-madrid- se encuentra en situaciones
como las que ocurren
los primeros viernes de cada mes
a las puertas de la iglesia del célebre
cristo de medinaceli;
y es que
entre picaros y
necesitados de verdad hay
escasos centímetros de separación
-la disputa está servida-.
otra cosa –bien distinta- son los feligreses
que asisten al besapiés.
ellos sí que saben discriminar -a
los unos de los otros- con unas pocas monedas,
o bien, con un ¡dios te proteja, hijo mío¡.
y es que
todo buen indigente
debe de sentir a su perro al lado.
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