A mis padres, que ya son viejos.
Me encuentro sobre el escritorio
con el catálogo Avon
Recuerdo esos productos
que vendía mi madre
para sacar cuatro mil
cinco mil pesos más
Nada o casi nada
que se transformaba
en unos kilos de papas o arroz
para llegar a fin de mes
Ella era profesora
ahora tiene artritis
Y es mi mujer
la que hoy compra esos productos
en la tienda de la esquina
acá
en el otro mundo
en el viejo continente
Abro sus páginas
y me encuentro con una serie de potingues
que no conocía
y las chicas Avon
que marcaron mi primera adolescencia
con su ropa interior
y lo que imaginaba encapuchado en la cama
Ya no alegran
ni agitan
ni sudan
mis noches
Pero
es curioso
quién lo diría
me traen el vago recuerdo
de la lluvia
la tierra mojada
las gotas cayendo
sobre las ventanas de plástico
el viento metiéndose dentro de la habitación
y a mi madre
mi padre
a última hora
en la cocina
sudando
amasando y horneando el pan del día próximo
el de ayer
el que parto y mastico hoy.
Julio Espinosa Guerra
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