Otra vez la lluvia.
Otra vez el brocal del sueño
de par en par impacientando letras.
Digo que corro por no mojarme
pero es mentira.
Hay palabras que me ahogan
que pasean como hormigas por mi vientre,
que me vuelven incómoda,
extraña.
Y me miro de los pies al pecho,
por si algún signo me delatara.
Pero el temblor es imperceptible,
interno como un pasado oculto,
como las arterias de los ojos.
Y corro delante de ella,
y digo que corro por no mojarme.
Otra vez la lluvia
pidiéndome adentros.
Como si yo pudiera entrar en mí
cada vez que ella me llueve.
Mamen Alegre
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