viernes, 20 de enero de 2012
Insípida sopa de letras
En las plantas de los pies, decepcionadas,
o en el centro del hueso de la rótula.
Puede que estén en los ovarios, inflamándolos,
cortándome la digestión entre los intestinos y el estómago
por falta de emancipación, de arrojo.
Tal vez se hayan quedado en la garganta
meciendo mi estulticia colgadas de la campanilla,
creciendo como un absceso,
como una manifestación de pudrimiento.
Hay algo orgánico
en esta invalidez
que no suelta palabras
como forma de alivio.
Inma Luna
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