Convoco, hoy, al hombre que quiere ser libre,
a la mujer que lleva, en las entrañas, un hijo,
al niño que teje, amorosamente, una sonrisa.
Convoco el día donde sueñan los pájaros,
la tierra que alimenta el perfil del forraje;
quedan convocadas las esquinas para el beso.
Convoco las horas venideras,
una a una, nacientes en sus cunas,
una mirada, un gesto y una palabra detenida.
Convoco la libertad, en sus leyes de algodón
y, en los aires, la paz reclamada,
a los mortales que firman con el nombre de la concordia,
al alimento que lleva incrustado en homenaje,
el seudónimo libre del individuo.
Convoco la paz del júbilo y la risa,
la paz izada sobre los hombros,
a Picasso para que pinte su paloma serena,
la paz cubierta de trigo
y un beso cubierto de paz.
José Cercas
domingo, 15 de enero de 2012
La paz reclamada
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario