sábado, 30 de noviembre de 2013

Bajo los labios de Eurídice VI





Existen los cuerpos               
signados por la luz

de tu pupila,
por el parpadeo de tu esculpida
cintura sobre la piel,
giro de mi órbita;

eres límite

donde aún no el dolor
y sí sueño
origen de mis labios.


Guillermo de Jorge


viernes, 29 de noviembre de 2013

Bajo los labios de Eurídice V





Navegar sobre tu piel,

sobre esta isla de trigo
que emerge a orillas
 de los párpados:
volcán a la materia sitiada
mientras el cuerpo,
intemporal,
se abre paso sobre el labio.

 Guillermo de Jorge


jueves, 28 de noviembre de 2013

Bajo los labios de Eurídice IV





Busco la intimidad
del poema: tú.

Aquí-yo-soy-inmaterial,

como un cuerpo
llama al viento,

donde aún persiste el ser
después de la destrucción.


Guillermo de Jorge


miércoles, 27 de noviembre de 2013

Bajo los labios de Eurídice III





Tu pupila:

línea que describe al cuerpo,

límite donde la materia;

tormenta desatada
en el pecho, después
de tu ausencia.

alrededor del cuerpo,
giramos,
elípticos,
como una razón
que el verbo delata.:

eres todo luz

donde la materia
aún no existe.


Guillermo de Jorge


martes, 26 de noviembre de 2013

Bajo los labios de Eurídice II





Mi cuerpo:

espacio


donde existías
antes de tu llegada;

único lugar
donde siempre tú

y la posibilidad de la vida.

Guillermo de Jorge


lunes, 25 de noviembre de 2013

Bajo los labios de Eurídice I





Tu cuerpo:

espacio;

húmeda gruta
que aún gotea
callada sobre el tiempo;

este mástil de aire
sobre el que aún sobrevivo.

 Guillermo de Jorge


domingo, 24 de noviembre de 2013

Semana dedicada a Guillermo de Jorge




MURMULLOS




Vivo en el centro.
Mi ventana está abierta.
El acordeonista toca en la plaza su repertorio habitual.

Irrumpe la fiesta.
Una charanga. Se acerca. Estalla. Se aleja. Se calla.
Murmullos.
Las ruedas de una maleta tocan un redoble de ausencia en la acera camino de la estación.
Un hombre insulta a otro desde la intimidad de su móvil.
La música se derrama en el portal por las ventanillas de un coche.
Otra charanga. Se acerca. Estalla. Se aleja. Se calla.
Murmullos y carcajadas.
Emigra la fiesta.

Vivo en el centro.
Mi ventana está abierta.
Suena el acordeón.


Estela Puyuelo













sábado, 23 de noviembre de 2013

LOCURA






La locura es un barranco enmarañado en la profundidad del ser,
un concierto de demonios silenciosos que dejan sordo al melómano,
un bocadillo de obsesiones frías tras la borrachera que abrasan las vísceras hasta el siguiente trago.
Seduce al corazón sensible disfrazada de lolita la experta mantis
y devora carne y coco del esqueleto agradecido.

La locura araña la voluntad con promesas de sumisión,
acaricia las manos esposadas con su llave maestra,
y sacia los apetitos de la adicción incurable
una y otra vez, una y otra vez y otra vez.

Y mata.
La locura mata.
Como matan la soledad, la traición, la indiferencia o el vicio.
Como mata el amor
con su navaja de besos  y mimos.

Solo queda prevenirla, evitar…
deseos, caprichos, ilusiones,
excesos, dudas, fijaciones,
penas y aprehensiones,
pesadillas, vicios, amores y pasiones.

Y una vez libres de ella
nos preguntaremos en lo alto del mundo:
Y ahora, ¿quién calibra la cordura?



Estela Puyuelo


viernes, 22 de noviembre de 2013

HIDRA





En la casa de la rutina habita un ser de muchas cabezas:

ojos, orejas, bocas.



Con sus ojos te acostumbra a mirar

Y no ves

NADA, NADa, NAda, Nada, nada, nad, na, n, …



Con sus orejas te habitúa a oír

Y no escuchas

(____________________________________).



También tiene bocas la bestia rutinaria

para enseñarte a decir lo que el otro oye

cuando ya no ve ni escucha N a d a.



Estela Puyuelo


 







jueves, 21 de noviembre de 2013

SUGUS DE LIMÓN






Guardo un sugus de limón,

una píldora de ingenuidad empapelada.

Amarillo, como el devenir,

que ensaliva de sepia y espanto los apuntes viejos

al profanar la carpeta adolescente,

que tiñe y arruga la piel de la fruta

solo mordida por el polvo.

Un pegamento dental para saborear, sin palabras,

la dulzura ácida del amor excomulgado.

Por eso no me lo como, lo guardo



Estela Puyuelo

miércoles, 20 de noviembre de 2013

TRIUNFO EN LA NOCHE






¡Extremado, loco, hilarante!

Bailas moviéndote todo.



Ahí estás, provocador lunático de mareas,

agitador de corrientes amarillas en pecera,

hecho un rompeolas al saciar la sed de borrachera.

En la playa de tu vidrio se balancea

la espuma densa de esa cerveza

que bebes fría y paseas

como triunfo en la noche marinera,

como copa ganada que surfea

en la última ola que generas.



¡Capitán, pirata, navegante!

Nadas mojándolo todo.


Estela Puyuelo


martes, 19 de noviembre de 2013

PALABRAS PARA REGALO





Algunas palabras se envuelven para regalo.

Hablan de ti,

de tu hablar con otros.

No del hablante.

Son un regalo.



Iluminan las tinieblas de tu propio infierno

para que contemples a tus demonios sin terror,

a tus mismos demonios,

sin ningún terror,

como cuando visitas de día el cementerio

donde no están enterrados tus muertos.



Algunas palabras saben más de ti que tú misma.

Para escucharlas debes hacerte transparente

como la luna a mediodía,

abrir tus costillas

para liberar el ave que enjaulan.

Dejarla volar.



Algunas palabras se envuelven para regalo.

Son para ti,

para que seas tú.

Ninguna otra.

Regalo de amiga.



Estela Puyuelo


lunes, 18 de noviembre de 2013

¡CRAC





De repente un crujido,

súbito,

definitivo.

Tropezando en la noche un chasquido.

Un suelo de madera mal tejido.

Media pisada en el sigilo.

Ese armario viejo conmovido.

De algún espíritu un único gruñido.

La evidencia de un animal escondido.

Un trueno silencioso en la isla de Comino.

Un golpe del destino ensordecido.

Un crac.

Nunca sabrás lo que ha sido.


Estela Puyuelo

domingo, 17 de noviembre de 2013

Semana dedicada a Estela Puyuelo




Más tarde, la nieve,




Más tarde, la nieve,

copos minúsculos

en las pestañas negras

de unos ojos inmensos.

Difuminados ojos

De cristal esmerilado.

Asesinos apuntaban

a la pupila envidiada.

Vigilante, pupila,

saltamontes asombrado

se apoyaba a descansar,

en una columna de hierba,

observando su retorno.


Ángeles Basanta Fernández

sábado, 16 de noviembre de 2013

Risa mordía del árbol




Risa mordía del árbol

la madera

para depositar sus huevas.

Cosquilleo de un ala

en la punta de la nariz:

es primavera.

Pasa el ave…

En el círculo concéntrico

de paisajes milenarios,

matemática dorada.

Las hojas mellizas

de una rama delgada

van cayendo, despacio,

en las manos de agua

de su imagen reflejada.



Ángeles Basanta Fernández









viernes, 15 de noviembre de 2013

En el cielo del tiempo





En el cielo del tiempo

sin nombre,

la historia arranca

pasiones, ensoñaciones,

lecciones magistrales

de los muertos y,

finalmente,

a un sinnada o sinnadie,

ciego feliz que,

no viendo las rosas,

escupía a sus espinas.

A la misma hora,

un ángel transparente,

adaptado a los usos

y costumbres

de la época,

se hace visible:

una mujer escribe.



Ángeles Basanta Fernández




jueves, 14 de noviembre de 2013

Recostado en la piedra




Recostado en la piedra,

el caballo originario

piafaba por escuchar

el primer canto.

Más tarde descansaría,

el caballo gregoriano.

He visto, desde cielo,

hundido, en la carroña,

a un pájaro de oro

con el pico diamantino.

Tal vez Giorgio,

Manganelli.

Estuve allí…



Ángeles Basanta Fernández


miércoles, 13 de noviembre de 2013

Cigénidos en el trébol




Cigénidos en el trébol

Declamaban en latín.

Roma, rima, Alejandría…

Y una cacatúa cantando

sobre un arcabuz de ébano.

He visto lejos de la peste,

a algunos eremitas,

refugiados en el Norte.

Y en el claustro

de un monasterio,

un rostro cerúleo

inflamado en llama.

Llama que llama

a otra llama vertical.

Danza iluminada

envuelta en sombras.



Ángeles Basanta Fernández


martes, 12 de noviembre de 2013

En la distancia existente




En la distancia existente

entre el ayer y el ahora,

Despierta el ave.

Testigo de paso

sin tiempo,

toma la palabra…

He visto, en las cenizas,

enanos haciendo piruetas,

miriñaques y alcahuetas,

las tretas de los bufones,

con bubas en la cabeza.

Cubas, uvas de moscatel.

Y una dama de talco

bajo un baldaquino

con un macaco enjoyado.

Claudia, la ciruela,

y un sátiro, orinando

en una cáscara de nuez.



Ángeles Basanta Fernández


lunes, 11 de noviembre de 2013

Con luz primera




Con la luz primera

de la primera mañana,

cantó por vez primera,

sobre una rama encendida.

La memoria de las aves

guarda el tiempo en la retina

a un mundo recién nacido.

En el centro exacto, el árbol.

En la rama justa, el mirlo.

Bajo las alas de un ángel,

árbol y mirlo dormidos.



Ängeles Basanta Fernández





domingo, 10 de noviembre de 2013

Semana dedicada a Ángeles Basanta Fernández




Largo amanecer





Todo gira alrededor de ti primero

Cruce de palabras en el infierno

Ayer me volví a acordar del ayer

Sin embargo mi alma continúa conmigo

Luces que se apagan al atardecer

Una nube que desaparece en el mar

Ya no hay nada que me haga mirar atrás

Tu dulce voz ha desaparecido con el tiempo

Sólo creo en Dios cuando escucho a Mozart

Sí Madrid no existiese sería el lugar más bello

El demonio se ha convertido en mi mejor amigo

Y nos vamos de copas juntos con la muerte

El otro día vi morir a un niño

El silencio de los traidores es infinito

Todo desaparece cuando el agua lo arrastra

Incluso el amor dura lo que el sueño del otro

Las tarántulas se agitan al ver a los dragones

La paz es la desdicha de la guerra sin cuartel

Jesucristo ha sucumbido a tantas lamentaciones

Y en el mundo quedamos tan sólo tú y yo

Mentiras tras mentiras sin pedir perdón

Una noche de violento sexo

Después una luna llena que nos hará olvidar

Un par de Jack Daniel´s con hielo

Y en el abismo tu luz y mi luz

Una niña que se llamará Carlota

Quererla como si fuese la última vez

Que tenga los ojos azules brillantes

Tu sonrisa y mi forma de ser

Olvidar todo lo malo de éste mundo

Para que Carlota deseé nacer

Y así después de todo, todo es el comienzo

El comienzo de volver a creer

Pues los pasos son siempre los primeros

Los primeros de un largo amanecer.


David Escudero Vigara

sábado, 9 de noviembre de 2013

Me temo




Me temo que me he enamorado

De tu pelo, de tus ojos, de tus labios

Me temo que no hay solución

Que irremediablemente estoy embrujado

La otra noche al descubrirme el alma

Fueron tus caricias mis aliadas

Tus susurros llenos de vida la trampa

El aliento con que me poseías, la venganza

Me temo que me he enamorado de ti

De tu mirada perdida en mi sonrisa

De tus mil latidos junto a mi corazón

De que me encontraras cuando vivía

en el abismo.



David Escudero Vigara

viernes, 8 de noviembre de 2013

Cuando





Cuando mi corazón está hecho jirones

Cuando mi alma necesita hablarte

Cuando el sol hace brillar la aurora

Cuando todo a la vez se desmorona

Cuando deseo sujetar el viento

Cuando descubro de nuevo el miedo

Cuando prefiero tus ojos tristes

Cuando comprendo que me quisiste

Cuando es tu ausencia la que me sigue

Cuando el cálido vino ya no me sirve

Cuando desvelo una nueva estrella

Cuando el consuelo es la miseria

Cuando tus sueños son mis tinieblas

Cuando tus labios dejan de amarme

Cuando te siento entre mis celos

Cuando morir por ti es lo que quiero.



David Escudero Vigara



jueves, 7 de noviembre de 2013

Echo de menos




Echo de menos tus brazos cálidos

mientras rodeabas mi cuerpo helado

Observar tu sonrisa en el rostro de

alguien que ya nunca besará mis labios

Tenerte en la noche, hasta la madrugada

Sentir como revivo de entre tus llamas

Acariciarte de nuevo mientras dormías

Echo de menos tu piel sobre la mía.



David  Escudero Vigara

miércoles, 6 de noviembre de 2013

Ya no soy el que fui





Ya no soy el que fui

Ni lo pretendo

Ahora tengo un montón

De obligados cumplimientos

Quisiérame construir

Un largo barco ausente

Para viajar por el mundo

En contra de la corriente

Ya no soy el que fui

Y aunque lo fuera

No quisiera repetir

Mis cien condenas

En cualquiera de los casos

Creo que valió la pena

Ver los toros casi siempre

Delante de la barrera

Ya no soy el que fui

Y aunque lo intente

Sigo sin comprender

Que te pasa por la mente

Para que cada vez que grito

Creas que es dolor de muelas,

Que las mariposas cantan

Cuando suenan las verbenas

Ya no soy el que fui

Pero me aguanto

Y sigo mirándole el culo

A los quebrantos

Revoloteo de flor en flor

Por sí las moscas

Y sigo sin encontrar solución

A mis derrotas

Ya no soy el que fui

Por las noches me desvelo

Vagabundeo en el confín

De pretéritos imperfectos

Intento soñar con hadas

Que me devuelvan el tiempo

Pero lo único que hacen

Es despertarme del sueño

Ya no soy el que fui

Por mucho que lo deseé

He dejado de sufrir

De llorar por ilusiones

Creo que hasta soy feliz

Ya no me llevo a engaño

Ahora río porque sí

Sin ser el que una vez fui.



David  Escudero Vigara


martes, 5 de noviembre de 2013

Una rubia con ojos de astracán






Yucatán envuelta en un misterio

Una rubia con ojos de astracán

Dos miserias, la mía más pequeña

Y un collar de perlas en el mar

Mucha sangre rodeada de silencio

Unos chinos que no quieren hablar

Varias putas calladas por si acaso

Y una rubia con ojos de astracán

Un teniente tras la pista de mi abuelo

El fiscal enamorado de un fiscal

Mis pantalones llenos de veneno

Y un collar de perlas en el mar

Una timba de póker en el Hilton

Dos disparos, un destino, una traición

El fiscal que regresa cual cautivo

Mientras yo caigo en las redes del amor

Con la rubia un trágico destino

Se enamora perdidamente del galán

Que a éstas horas ya habrán comprendido

Que es el mismo que sostiene el collar

Los policías siguen tras la pista

A mi abuelo lo enterramos en Qatar

El juez hoy casa a una de sus niñas

Dicen que preñada de un tal Muhammad

En cuanto a mí tengo un nuevo caso

De una morena con vestido azul tenaz

Que anda perdida en asuntos varios

Y el tuerto “Mickey” la busca para hablar

En fin, que Yucatán ya no es lo que era

Que los misterios ya no son lo que son

Que las rubias ahora son morenas

Y que yo, señores, me vuelvo a Gijón.



David Escudero Vigara


lunes, 4 de noviembre de 2013

Una rueda




Una rueda gira alrededor del mundo

Todos quieren cambiar su posición

Yo me quedo en mi esquina observando

Como la rueda gira y gira, gira y gira

Hoy el viento se ha instalado en el sol

Va repartiendo calor a los que tienen frío

Algunos saben utilizarlo mejor

Y lo aprovechan para hacer crecer sus nidos

El mar ésta mañana paseo por el cielo

Iba regando campos que estaban muertos

La gente estaba contenta pero olvidó

Que el agua no siempre llega en su momento

La otra noche observé una estrella fugaz

Mi primera intención fue pedirle un deseo

Pero recordé que los deseos no se hacen realidad

Y ahora no quiero sueños, ahora quiero libertad

Una rueda gira alrededor del mundo

Todos quieren cambiar su posición

Yo me quedo en mi esquina observando

Como la rueda gira y gira, gira y gira.




David Escudero Vigara


domingo, 3 de noviembre de 2013

Semana dedicada a David Escudero Vigara




En mi defensa



En mi defensa diré que me dejé llevar por el viento.
Aquel día se desnudó de madrugada y el mundo apagó la luz.
Ambos sabíamos que crecía otoño en nuestras hojas, que el amor
es un plato breve y exquisito, un instante de piel enredada.
Puedo decir, en mi defensa, que la silla alojaba mi espera y tu tacto
imprevisto. Habías besado de aire mi boca sin existirnos, un
presagio de sombras cruzadas en los días callados.
Nos existimos en el viento inaudito, entre las paredes del mundo
apagado. Nos hicimos primavera en versos escritos de piel.
El mundo encendió la luz. La silla guardó silencio.
Seremos otoño otra vez.


Diana Álvarez

sábado, 2 de noviembre de 2013

Cruzando avenidas



Cruzando avenidas
y parques construidos desde el raciocinio,
atrapada en cemento y asfalto,
paseo mis serpientes entre muertos
que nutren máquinas.
La pátina de pesadumbre y desconcierto
nos devora.
Tan insustancial,
tan pequeña, suicido
pensamiento y emoción.
Llevo metal en los talones,
cada paso marco fronteras
mientras piso reptiles.
Llevo metal y el olor impregnado
de lágrima y terror existencial,
mientras los muertos contemplan mis sierpes,
las cuencas de sus ojos marcadas
por el espanto.
La ciudad viste de gris
y yo muero rodeada.


Diana Álvarez

viernes, 1 de noviembre de 2013

El vacío de mi vientre



El vacío de mi vientre
está lleno de espinas
y del tacto sembrado
de tu silencio.
Una ausencia devota
de espera y mirada dormida
en mi almohada.
El vacío de mi vientre
cosecha el hambre
de bestias afiladas.
Con el hueco entre mis huesos,
grabado tu vacío,
crece el tacto abandonado.
Me alimento de posos
en el recuerdo,
(pájaros enloquecidos
que golpean las paredes).
En la sala tu voz callada
llena mi vientre de espinas.



Diana Álvarez