Yucatán envuelta en un misterio
Una rubia con ojos de astracán
Dos miserias, la mía más pequeña
Y un collar de perlas en el mar
Mucha sangre rodeada de silencio
Unos chinos que no quieren hablar
Varias putas calladas por si acaso
Y una rubia con ojos de astracán
Un teniente tras la pista de mi abuelo
El fiscal enamorado de un fiscal
Mis pantalones llenos de veneno
Y un collar de perlas en el mar
Una timba de póker en el Hilton
Dos disparos, un destino, una traición
El fiscal que regresa cual cautivo
Mientras yo caigo en las redes del amor
Con la rubia un trágico destino
Se enamora perdidamente del galán
Que a éstas horas ya habrán comprendido
Que es el mismo que sostiene el collar
Los policías siguen tras la pista
A mi abuelo lo enterramos en Qatar
El juez hoy casa a una de sus niñas
Dicen que preñada de un tal Muhammad
En cuanto a mí tengo un nuevo caso
De una morena con vestido azul tenaz
Que anda perdida en asuntos varios
Y el tuerto “Mickey” la busca para hablar
En fin, que Yucatán ya no es lo que era
Que los misterios ya no son lo que son
Que las rubias ahora son morenas
Y que yo, señores, me vuelvo a Gijón.
David Escudero Vigara
1 comentario:
Estupendo poema, David. Abrazos.
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