jueves, 15 de octubre de 2009

Ático Corona de Aragón




Para Jesús Sáiz
ÁTICO CORONA DE ARAGÓN

Hundidos en el fondo
de aquel igloo de tabiques transparentes,
armándonos de valor para ir al baño,
armándonos de valor para sacar los brazos desnudos de la cama.
Pero nunca necesitamos valor
para pasear nuestros tacones de aguja
por las cornisas desahuciadas.
El alcohol y la desesperada juventud
lo hicieron todo –casi todo-.
Nos reventaron las vejigas
y terminamos sangrando orina
por los conductos lacrimales.
Eso, y una fama decadente y provinciana,
lo que nos ha mantenido con vida.
Hasta la fecha.




Brenda Ascoz


1 comentario:

Doberka dijo...

Tremendo poema,aunque inquietante, Brenda,muy inquietante.

Besos