He visto mi rostro en el espejo
el pasar de los años
el estropicio que dejó la tormenta
He visto mi vida en una ráfaga de segundo
y he comprendido
lo mal que lo he hecho todo
No hay amor que no haya despedazado
No hay amor que haya sobrevivido a mi tortura
Cansada de andar
he detenido la carreta en esta casa
he lavado el dolor en la vieja jofaina
y me he acostado con la certeza
de haber caminado demasiado
He sido para mí misma mi peor estratagema
Por necedad he bebido del agua equivocada
Con resignación miro los relojes
esperando a que caigan las hojas de mi árbol
Ya nada espero aunque lo haya dado todo
porque todo lo que di lo he roto en su momento
He sido torpe, lo reconozco,
pero nada me importa
lo único valedero ahora mismo
es el azul que pervive en mi memoria
el irresoluble enigma de la vida
y la constatación de la caída en todos los espejos.
Rosa Silverio
lunes, 20 de febrero de 2012
Constatación
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