Surjo desde tu bruma para provocar
la niebla envolvente,
la fuerza despiadada
que todo lo puede.
Recorro cada palmo de tu frialdad dibujando sinuosos caminos de carne.
Decido el color
de tu deseo
con un millón
de pinceladas atrevidas.
Y desde el poder de saberte vencido te alimento con pasión.
Derramo cada gota de rocío en tus extremos ávidos.
Difumino tu invierno.
Y te obligo a estallar
en un sinfín de brillos
cegados de amor,
antes,
de volver a perderme en la noche.
Hasta el próximo sueño.
Ana María Arroyo
miércoles, 15 de febrero de 2012
EN TUS SUEÑOS...
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1 comentario:
Me encanta, sigue siendo mi favorito, este y el prólogo claro jajajajaa
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