martes, 30 de marzo de 2010

Deseo anfibio







Nado bajo tus párpados como en un mar oscuro
que no tuviera límites.
Me descubro en tus sueños y estoy empeñada
en desaparecer.
Cómo me gusta verte desde lo más profundo,
siendo yo tan minúscula que no puedes buscarme,
aunque si me encontraras,
te amaría de pronto, colgada de la Luna
por uno de sus picos, como una astronauta a la deriva.
A veces hago pie en la arena del fondo
de tu boca
y se despiertan peces que me entran por las venas
a golpes hasta el centro del centro,
a donde siempre vuelves.
Tu sueño es una ola ciega que me cubre como un pájaro enorme
o un eclipse.
Guárdame en tu mirada, como sea,
día y noche,
muda,
sin salvación,
en tus pupilas.



Luisa Miñana











2 comentarios:

ybris dijo...

Aunque más de aire y suelo que de mar y tierra, yo me considero también anfibio.
Por eso, volando más que nadando, comprendo lo que significa la palabra perderse bajo unos párpados que sueñan, jugar a la gallinita ciega deseando ser encontrado por unas manos inquisitivas tras un contacto fortuito.
Se palpa la imagen de ese sueño que nos anega como como ola enorme de pájaro o eclipse.
Se tiembla de emoción ante ese final exquisito:
"Guárdame en tu mirada, como sea,
...
sin salvación,
en tus pupilas."

No hace falta que te diga cuánto me gusta.

Besos, Luisa.
Un abrazo, Fernando.

irene dijo...

En ocasiones, sólo en ocasiones, nos vemos más pequeños cuanto más grande es el amor que sentimos.
Esto ya son manías mías, pero en todos los poemas debería aparerecer la luna.
Besos, Luisa.