Ahora que la paz ha dejado de trazar mapas imposibles, yo te invito, Vida, a mi casa, al cobertizo de Yiuchi, a la habitación donde Laura se convirtió en leyenda. Espacios sagrados, pero comunes. Lugares donde un día expulsamos el hambre de emociones baratas y nos reconciliamos con las palabras rizadas, llenas de esencias y de luz insomne.
Marta Navarro
jueves, 11 de marzo de 2010
LA PAZ
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1 comentario:
Bienvenida la vida aunque la paz sea imposible.
Siempre habrá espacios sagrados donde hasta las palabras habituales se hagan luminosas y densas.
Las que forman tus versos lo son.
Besos.
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