lunes, 15 de marzo de 2010
La negra losa de la noche inmensa
La dilatada noche
parece estar clavada,
por temblorosos astros
en el techo del cielo.
Aguzando el oído
interior, uno escucha
chirriar a esas luces
casi casi metálicas.
Ya no resisten más. Imaginando
sin duda su caída,
un vértigo creciente
las tiene justo al borde
o del llanto o del grito.
El mundo a punto está de ser tan sólo
la fosa de unos astros agotados,
que ha de sellar, rotunda y para siempre,
la negra losa de la noche inmensa.
Lorenzo Oliván
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