Palidecen los días
dejando la ausencia de un beso
impregnada en mi boca.
Sonríe el horizonte de los deseos
en la niebla de los labios.
Regresan los minutos mal vestidos
sedientos de noches sin tregua.
Anda el amor por las calles
escondiéndose de las miradas.
Es aire
enamorado de las veletas.
Una estepa desnuda
donde se abrazan dos mariposas de arena.
Marcos Jimenez León
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