miércoles, 12 de junio de 2013

Conversando con la lluvia




Llueve y salpica en mi cara

la sonrisa distante de tu boca.

Se zambullen los pájaros.

Armónica melodía de luz incolora.


Delgados brazos de árboles

sostienen perlas de agua.

Un grito de viento

dibuja en mis manos tu nombre.


Te llamo: lluvia,

siempre respondes.


Llega el estío

y los besos se resecan,

corazones de vaho

se cubren de arena.


Nadie recuerda nuestros nombres.

Parecemos extraños.

Nadie nos habla.


En el barro

yacen las palabras, nuestros labios en llamas.



 Marcos Jimenez León


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