lunes, 16 de diciembre de 2013
Venías
Venías
entonces hice hatillos de albahaca
amarrados a los carrillones de caña,
junté cerezas y mascavo
en cestos de totora,
con almendras, higos y mangos,
lavé mi barba
con zumo de laurel y lavanda
y le pedí a la luna que se demorara,
porque venías a mi cabaña.
llamé a mis ruiseñores,
molí café con canela
y puse a entibiar el agua
en cacharritos de barro,
te vi en el fuego
vestías de ocres y naranjas
cintas de raso en las trenzas
y ajorcas de plata
en el perla de tus muñecas.
derramé sándalo sobre carbones
inciensos y mirras
y te pronuncié en el humo
perfumado del silencio.
me senté junto a la ventana
en un taburete de cuero
para verte llegar,
imaginé más de mil caminos,
dispuse edredones de plumas
en los rincones de piedra
y afilé mis labios
con palabras de ternura.
afiné mi guitarra
a la nota de tu canto
y encendí candiles
con gotas vivas de luna.
después me tendí a esperarte,
conversando con los grillos
y las ranas de las gavias.
El mundo era esa noche
tú que venías
y yo que te esperaba.
Luis María Lettieri
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