Cualquier día deberás rememorarme
en infinito que rellena este concepto
como límite que tiende al infinito.
Cualquier día temblarás al recordarme
entre la espuma que emblanquece este precepto
y se aleja de la costa en su circuito.
Cualquier día volveré a transformarme
en el satélite que gira, en el proyecto
deseoso de tenerte en todo un mito.
Cualquier día volveré a transmudarme
en albañil que te edifica, un arquitecto
elevando tu estructura en monolito.
Javier Neveo
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