Yo perdí la voz
en mi última hazaña.
Albergaba esperanzas
de recuperarla
asistiendo a cursos
de logopedia.
Contarle
que me dejaron muda
de susto y de traición,
que al principio fue
como una huelga de sonidos,
que me negué a hablar
por pura protesta,
pero que pasado un tiempo
quise recuperarme,
-decir algo-
alguna petición leve como
cantar
exclamar
pedir perdón
llamar por teléfono
pedir ayuda.
Pero todo fue inútil.
Así que comencé
a escribir
y a maldecir en verso.
Carmen Maroto
1 comentario:
Uno de mis poemas favoritos de Carmen. Precioso...
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