“Mi madre decía:
a mí me gustan las personas rectas.”
JESÚS LIZANO
Cuando niña
mi padre me recordaba que debía ser dura
pues en este mundo no hay espacio
para las personas blandas
y se empeñó en demostrármelo
(mira que lo intentó)
pero lo cierto es
que me fascinan
las personas blandas;
porque el plomo del extremo de la vara
con la que se tiñó de cardenales
la epidermis de mi infancia
era dura
y los puños en el cráneo
(donde no pudieran dejar marca)
las palabras de repulsa que siguieron
en boca de distintos hombres
que, supuestamente, me amaban
y las miradas de desprecio
el orgullo
y la mentira
son duras
(muy duras);
porque también lo son
los tipos de interés
la prima de riesgo
el desempleo
los desahucios
y las pelotas de goma
y por mil razones más
me gustan
las personas blandas
con sus lágrimas blandas
donde el amor es blando
y la piel se esboza
en caricias blandas
pues blanda es la saliva
con la que lamemos heridas
y la ternura
el respeto
o el perdón
son blandos
(muy blandos);
y ante lo más evidente:
el deseo es blando
pues blando es el esperma
que inaugura afluentes
en mis cordilleras
cuando mis blandos muslos
abarcan en la noche
blandas esferas.
Beatrice Borgia
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