Si extrañarte es el olvido, ayer comencé a olvidarte.
Hoy me empeñe en abandonarte
arranqué de mi piel tu aroma, de mis poros tu olor
ya no recuerdo que alguna vez te respiré.
Mañana borraré los días que en tus brazos me estremecí
los despertares donde eras mi primer sentir;
no cerraré los ojos para no mirarte.
Seré sorda a tu respiración,
insensible al recuerdo de tu temblor
... empecé a negarte, a tomar valor.
Renuncié con mis caderas a estrecharte;
entregué al mar mis besos
comencé a olvidarte, a abandonarte..
Si alguna vez nos cruzamos, no me saludes
porque no recordaré tu nombre
habré olvidado que fuiste mi hombre.
Aunque tenga deseos de ti,
prometo no recordar tu sabor
ni tu pecho pegado a mi corazón.
Induciré amnesia a mis sentidos,
lavaré tu sudor con otras caricias,
me entregaré a quien lo tenga bien merecido.
Pues tú: ni sufres, ni sientes
eres tan sólo un cuerpo congelado,
un nudo de miedos prefiriendo amar a su sombra
antes que arriesgarse a ser querido.
Te olvidé como persona,
quedarás como un invento de mi mente creadora,
un personaje que abandonó antes del estreno la obra.
Victoria Falcón Aguila
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