Elige un fondo neutro
que, a falta de otro nombre,
llamaremos vida.
Coloca un cuerpo cualquiera
y deja que se pierda en ese fondo.
Ponle un corazón y dale cuerda.
Vuelve al cabo de unos años,
luego que ese cuerpo haya sentido
el vértigo y el éxtasis
y otra vez el vértigo
de saberse incompleto.
Coge el resultado: enmárcalo.
Cuelga luego en un rincón
de tu memoria mi retrato.
Alfonso Brezmes
No hay comentarios:
Publicar un comentario