La amplísima distribución de las cornisas
avistaba algo más que un par de cabezas;
Un grupo bilateral de entregados a la resistencia,
una orientación central a la caricia y a las piernas convulsas.
Cerré los ojos para entender que era yo
una de esas cabezas, aflojé mi cabellera a ese descubrimiento.
Traté de delimitar los aros crudos que habían cercado los años.
Daban cobertura a este segundo.
La otra parte bilateral me habló y...
Esbocé una sonrisa, desde la otra visión de la ventana.
Cleofé Campuzano Marco
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