miércoles, 3 de julio de 2013

LLAMARADA







Dejaste olvidadas

algunas caricias en mi cuerpo.

Tatuajes invisibles atravesados,

para siempre,

en los laberintos de la memoria.

A este lado

las horas, los minutos, los segundos,

avanzan como ejércitos de hormigas

devoradoras de tiempo.

Pero detrás de las ventanas

existe un enigma que lleva tus ojos.

Y como único alimento de mi obstinación

voy diseccionando un encuentro fugaz.

En la espera.


Charo de la Varga


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