domingo, 26 de enero de 2014
EL DRAGÓN QUE EMANABA AGUA ( VI, VII y VIII )
VI
Era imposible
mi cuerpo
un folio
y tú lo rompías
a tu libre
albedrío.
Siempre ríes...
Es el sonido de la copa
de tu frondosa
oscuridad.
VII
Piernas,
Brazos
eran ya un solo nogal.
Cortezas
y el olor de mis falanges
emanaban
tomillo.
VIII
A la luz
la amnesia se viste de señora
que limpia los cristales.
El ruido de la calle
se esconde
tras una sonrisa nocturna,
será Chopin,
de repente
nos cruzamos
y hablamos del tiempo,
de la cotización en bolsa de Inditex,
de plásticos
y adhesivos.
Los cuerpos
celestes
se separan
en depósitos de cadáveres
ya no se acuerdan
ni como se llaman.
Lluisa Lladó
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario