Ese sonido de golpe a golpe, de punta a punta
en cada metro de tiempo
De silbido moribundo en el sol,
hace que me caiga dentro de mí,
quiebra la espina del mundo
Ese golpeteo de lo humano
en los ojos
cuando humean los eternos miedos,
se va caminando en harapos
y silba con el viento
A veces el sonido
parece de ubre clavada a puñales
en un estrepitoso aliento
Tiemblo.
Diana Ríos
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