miércoles, 13 de junio de 2012

XVII


Pero la edad no es una traba
en el juego de las manos.

Quizá pasearse por la arista
menos tolerante es la única opción.

Y la no luz que despedaza el colchón
si el temblor de un reloj en el trastero.

Hacer de la presencia un despojo.

Mírate y dime sin aún no caíste en la inutilidad de unos párpados
que cerrados permiten el sí de las cosas.

Con el dolor,
algunos, construyen muros.

Beber para no verse.



Ángel Muñoz Rodríguez


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