sábado, 5 de abril de 2014
MÉLANOS
Como yo no soy nada melancólica
me curan muchas cosas de la melancolía,
por ejemplo el verano. Cuando el invierno arrecia
con su carga de hielo le abro la puerta al sol
para que vuelva y me desentumezca
de esa desgana de cruzar umbrales.
El espejo se obstina en recordarme
que pasó el tiempo ya de ensoñaciones
que no le busques más tres pies al gato
que coma y viva en paz y con sosiego.
-Hay que ver la manía persecutoria
que tienen los estanques congelados-
y yo me aferro al sol y abro las manos
para buscar los yos que se derraman
por asfaltos y bosques,
hasta encontrar preguntas
entre tanta respuesta acumulada.
Efi Cubero
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