Verte
Verte a solas
Entre la gente
En un libro
En una melodía
Verte riendo
Triste
Cansada
Silente
Como lluvia
Con prisa
Verte irradiando
cálida como sol
O como nieve
en mano fría
Verte en las hojas
En el viento
En el semáforo verde
En el reflejo del estanque
En la mano que se despide
En el azul de mediodía
Verte siempre
sin que estés nunca
es mi agonía.
Ana Vivero
3 comentarios:
Este poema confirma el verdadero amor, ese que no es necesario de presencias físicas para su existencia. Enhorabuena. Besos
Así es la nada,
mirada esmerilada
y tu silencio.
La presencia constante, aún sin presencia física de la persona amada...
Gracias otra vez por tus palabras, José.
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