martes, 15 de abril de 2014

Verte



Verte
Verte a solas
Entre la gente
En un libro
En una melodía

Verte riendo
Triste
Cansada
Silente
Como lluvia
Con prisa

Verte irradiando
cálida como sol
O como nieve
en mano fría

Verte en las hojas
En el viento
En el semáforo verde
En el reflejo del estanque
En la mano que se despide
En el azul de mediodía

Verte siempre
sin que estés nunca
es mi agonía.


Ana Vivero

3 comentarios:

El copo de pepe dijo...

Este poema confirma el verdadero amor, ese que no es necesario de presencias físicas para su existencia. Enhorabuena. Besos

Francisco R. Mayoral dijo...

Así es la nada,
mirada esmerilada
y tu silencio.

ana vivero dijo...

La presencia constante, aún sin presencia física de la persona amada...
Gracias otra vez por tus palabras, José.