El suicidio como algo inminente, inevitable.
Irse, alejarse del abismo y descender a otro.
Arrancarse la enfermedad a gritos de constante locura
Extirpar el dolor con sueños y fundir esos sueños en el infinito para, así, crear un puente
entre la vida y la muerte.
Tener coraje de marcharse, de perdonar el dolor, de sonreír a la enfermedad y de no
dejarse guiar por el corazón.
Suicidarse con la enfermedad para que nunca vuelva a brotar.
Gemma Carreras
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