Amarte es delinquir
para ingresar en la cárcel de tu piel.
Saltarse la norma en cada beso.
Asesinar, en cada caricia, la soledad
de mis dedos.
Apropiarse de lo ajeno por los ojos
Sobornar a tus guardianes férreos
Amordazar las manos que te ambicionan
Traficar con tus sueños
Secuestrar tu atención con alevosía
y ensañamiento.
Delinquir con porqués
sin remisión
con ansiedad
por naturaleza
sin remedio
a pesar de la condena
hasta el hartazgo
a trabajos forzados
a cadena perpetua.
Amparo Paniagua
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