He grabado en el muro de hielo del recuerdo
una frase con acento de epitafio:
Surcan las ballenas grises tu mar inexplorado
Se funden para siempre las morrenas
en los acantilados blancos
de la noche más larga de mi vida.
Hace frío.
Por el silencio se arraciman
las estrellas brillantes de la escarcha,
en la helada, rotos, se miran al espejo
los sueños inertes del olvido.
Camino del sur vagabundeo
tras las huellas de quimeras perdidas,
la salida natural de la ciudad parece despejada
aunque es el mismo frio el que viaja conmigo
rumbo a ninguna parte
Un reguero de sangre mancha la nevada
Eugenio Mateo
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