No voy a la deriva,
mi barca surca decidida por un mar de rugidos
con vientos de levante que inflaman las velas
y yo miro adelante con el rumbo fijado.
Soy un niño marinero de agua dulce
aventurero del vaivén de las olas
que empujan y mecen,
náufrago del infinito azulado
que descubren las sirenas cuando me seducen.
Eugenio Mateo
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