Las anémonas son clónicas.
No mueren, se dividen siendo enteras,
se duplican, se espejean, se copian a sí mismas y,
sin morir, vuelven a nacer eternamente.
Son su mitad y la mitad de su mitad multiplicada.
Doblan sobre sí sus cuerpos,
se parten infinitas desde el centro de sí mismas.
No mueren, sólo se marean un poco al imitarse.
Pero yo..., yo soy mucho más inteligente:
Me muero, sí, pero no me plagio nunca.
Ángeles Fernangómez
miércoles, 13 de julio de 2011
CÉLULAS MADRE
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3 comentarios:
Eres tan auténtica, querida Angeles, que hasta tu misma eres incapaz de plagiarte. Si a mí me hubieran explicado así el tema de las células me hubiera hecho biólogo en lugar de humanista. Mil besos de poeta.
Lolo Rovira.
Leo este poema y te escucho. Te lo he escuchado recitar tantas veces que lo tengo grabado en mi memoria con tu voz.
Te mando un beso... o dos.
Laura
Gracias, gracias. Sí, es un poema que repito, porque le quiero mucho. Es uno de mis niños predilectos. Así de imperfectas somos las madres, digamos lo que digamos, no se quiere igual a todos los hijos. En fin...
Besos
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