El tiempo asienta la costumbre
y el amor se agazapa
tras la fronda del tedio.
Nos faltaron palabras.
Siempre faltan palabras.
La rutina que asola todo,
que embota mentes y atenaza lenguas,
consumió nuestras horas
en sangrante banquete.
Y no hallaste la flecha
que indica mi camino,
ni yo acerté la esquina
que me llevara al tuyo.
Isabel Miguel
2 comentarios:
monotonía le dijo a costumbre, que solos nos estamos quedando. Muy bueno
Bella crónica de un desencuentro, de lo que pudo ser y no fue, tal vez por el tedio, que machaca a las horas y a las personas. Queda la esperanza de un amor regenerador para un fururo cercano, pero incierto.
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