Debajo de estas manos que guardan
la simiente del verbo me dejo llevar
por las gotas de lluvia incesantes
en su caminar de hoy.
Grises perlas consumiendo los cantos
de la boca con sus nudos y gargantas.
Un gato persa se pasea por la ventana,
clava sus ojos ceñidos en el tiempo,
le miro desde el otro lado del abismo
partida en mi pequeñez
y envuelta en las nubes del cielo.
Nada que decir.
Nunca hice diana
con mis propios fantasmas.
Mónica López Bordón
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