lunes, 31 de marzo de 2014
CONDICIÓN DEL EXTRAÑO
Sin prisas el extraño no desea
la exactitud perdida en el camino,
de vector a vector vive el presente,
transporta la memoria fragmentada
y aplaza siempre todo; el encuentro,
el abrazo, la amistad perdurable o pasajera.
Carga al hombro su mundo, su lenguaje,
ese fuego solar sobre los ojos
con que impregna la vida.
A veces lo sorprende una palabra
que llega desde dentro sin buscar ni explicar,
así, como el rasar tan silencioso
que producen los remos sobre el mar interior
de la conciencia…
Un cielo de baldosas
lo mira desde abajo sorprendido
de la profundidad de su pisada.
Efi Cubero
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