sábado, 1 de marzo de 2014

IDILIO


Trovadora.
Creo en la bondad del corazón,
en la redención del extraviado,
en la revolución del alma
y en el oficio de la palabra.

Trotamundos.
Conozco la lengua de Éluard,
Todo el amor de Neruda,
un candado en el Pont Des Arts
y el oficio de acariciar con la voz
todo lo que nombro.

Palabrera.
Con la esperanza en el verbo
soy el verbo esperanza.
No le temo a la palabra que dice,
ni a la que calla.
No le temo a la lágrima que sobra,
ni a la que falta.

Idilio con la palabra
que nace en la selva
de mi ombligo,
entraña vegetal,
que rompe uno de sus latidos
entre los latidos de mi corazón
y me somete:
jadeo ininterrumpido
por el relampagueo de imágenes
al borde de las uñas,
revoltijo de trinos detrás del pecho
antes del amanecer.

Poesía,
zurce el hueco de mi esencia
que vaga,
de tiro corto y en zapatillas.



Sandra Graciela Gudiño



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