Si alguna vez susurras un nombre,
sin sonrisa que te responda;
Si alguna vez flaqueas y caes,
sin mano que te levante;
Si alguna vez las palabras necias
superan a los oídos sordos,
o la pena llama a tu puerta
sin un hombro amigo en que apoyarse;
Si alguna vez una fotografía
no te devuelve aquel momento;
o piensas que tiempos pasados fueron mejores
que los senderos son marañas que se bifurcan.
Si alguna vez alcanzas ese horizonte y clamas
-¿Por qué no duró más?- sobre tus rodillas;
aquí tienes una sonrisa que te responda,
una mano que te levante;
Yo ahuyentaré las palabras necias,
alejaré la pena de tu puerta.
En mí hallarás un hombro amigo.
Vuelve la vista al pasado,
no hay nada que se repita en la Tierra.
Así ha de ser:
Único y perfecto en la brevedad del recuerdo.
Adrián Flor
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