Dádivas de la vida,
fugaz pasión
de sucesos felices
y frustración
El pasar de las horas
no se detiene;
sólo mata la última,
todas te hieren.
Tú llegarás también
a los ocasos
del tiempo que no cesa
de madurarnos.
Te permite el camino
seguir, andar,
celebrando momentos
que se te dan.
Al ágape celeste
suenan llamadas,
a la consumación
de noche en alba.
Emilio Serrano
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