Hay en las bibliotecas
para desosegadas mentes luz,
sin círculos cuadrados.
Una solemne boda,
sin temores ni trabas
de literalidad.
El mito, derribado
por el hacha del leñador,
en el bosque de las historias.
Pujante primavera
de glicinas y rododendros,
sin el trauma de tradición.
Emilio Serrano
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