Al inicio, la ternura de pámpanos
que darán a las vides el envero
de los agraces.
Proporciona septiembre la riqueza
de sazonadas uvas que, sumisas,
van a lagares.
En el trujal fermenta dulce mosto,
para, al fin, obtener bebida única,
símil de sangre.
Vino veraz que sacia mansamente
ávida sed, aleja de la vida
las ansiedades.
En invierno, la poda regenera,
para milagro de germinaciones
primaverales.
Emilio Serrano
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