Se precisa vivir.
Se precisa vivir.
Es preciso vivir para estar vivo.
La realidad se viene desangrando
y con las huellas sucias de haber perdido la
paciencia.
Es hora ya de hacerte ver que no eres nada,
el tiempo ya de que no existas, dios, ni en las caries de
los niños;
reconocer que no eres alto cuando olvido en la noche los
verbos de tres sílabas;
saber que no gravitas, no almacenas el peso de las
flores
ni el parturiento corazón con que educamos la
cultura;
saber que no conspiras,
no levantas la sangre hacia el cerebro,
nada existe hacia ti porque tú nada existes en tu
mundo,
no incluyes mundo,
no albergas a las heces ni a los barcos,
y nada es tan pequeño para que el mar no se dé
cuenta.
Nunca hubo mar.
Nunca hubo mar.
Supimos de la luz cuando te ahogamos.
...
Si tú eres dios la luz es nuestra.
la luz que se incorpora a ver cómo amanece sin su
ayuda.
...
Me duele que te claven haciéndote creer que eres
posible.
Tuvimos que perder porque soñamos.
Tuvimos que mojar los hospitales,
empapelar con ángeles la luna
y hacerte un dormitorio en todas las
cabezas.
Y allí,
al modo en que es el pulso la sola distracción de los
homínidos,
al modo en que creer es demostrar nuestra
ignorancia,
nuestra escasez inmensa,
evolutiva,
la de todo homo ludens equivocado desde el
génesis―,
paré mi corazón por vez primera.
...
Oímos que nacías por los poros cerrados del suicidio del
hombre,
llevándote contigo los miedos de las plantas hacia
arriba,
llevándote a ti mismo con la vida temblando como un
muerto a tu izquierda,
Llevándote, no más, la parte inteligente de las
cosas.
La vida es una enorme vaca que levantamos cuando
llueve.
¿Cuánta vida hay en ti que sea comestible?
¿Cuánta vida, dime.
¿Por qué he de descalzar los pies en el
espacio?
...
Me debo haberte conocido.
Me debo arrepentirme de acunar al aire la caída de tus
normas,
subir al cielo hasta que nada importe,
hasta que la verdad apenas fuese un mero pálpito apartado
a la mentira.
Te debo equivocarme como todos los muertos de la
historia.
...
Nunca he creído en libertad alguna que calzara tu
asfixia,
tu destrucción anémica surgida al pie de monstruos y
manzanas.
Nunca la libertad es suficiente.
El fin de toda célula es enseñar, de modo responsable,
sus pies manchados por el alba.
El mar no se merece un pez con los riñones
tristes,
no se merece ser violado desde el aire para manipular
nuestra conducta.
No te bastaba
con descorchar la destrucción y negar la tutela del
oxígeno,
inseminar tu fraude con la sola presencia de la
muerte;
tenías que lograr que lo supiéramos.
...
He aplaudido la tierra, diseccionado el aire y los
pañuelos
donde van a llorar de luto en luto las
espaldas,
los nidos subterráneos,
la miel,
mi sexo índice.
He llevado a más gente para oler con fuerza.
Te he buscado en la cal de los teatros,
en las lavanderías acolchadas del viento,
en el cordón de los recién nacidos bajo la única escalera
que atraviesa tu carne.
He sabido mirar bajo todas las nubes para reír junto a
las cosas serias.
Pero por más que reparé en mi espíritu y lo llené de
aceite,
por más que me acerqué a los asesinos que despegan de ti
como un almendro,
apenas sí consigo convencerte
de que no hay fantasma capaz de que me
importe.
...
Acaso es tiempo ya de hacerte libre.
Acaso es tiempo ya de ser más cultos y
valientes.
Se te oxidó la astucia,
Se te oxidó el espíritu de cuantos tienen frío a los pies
de tu cama.
...
Pero te hicimos demasiado hermoso,
un agua distraída para lavar alrededor el
pánico;
y tan arriba, tan desde tu exilio, que sólo el
comprobarte nos da vértigo.
Dime, ¿cabes fuera del mundo?, ¿cabría una inquietud
donde no existe?
No hay nada parecido a ti en esta larga y
comestible,
en esta larga letanía de estar vivo.
Aarón García Peña
2 comentarios:
Este me ha parecido "descomunal" no encuentro otra palabra. Lo subscribo entero, hasta los espacios y los puntos.
Un abrazo
increibke!! Ensordecedor..... extraño.... Decomunal... Tambien eso... Descomunal
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