Quizás aún tengas el mal hábito de fumar,
de hacer aros con el humo para rellenar los
silencios,
quizás aún mantengas tu cabellera tupida,
tu barba espesa y esponjosa,
quizás aún seas caballero de voz intensa
y brazos magnánimos siempre abiertos.
Quizás ya no te acuerdes de mí,
ni pienses en qué he pasado estos años,
ni si sigo recogiéndome la melena en una
cola
o pintándome los labios de rosa.
Quizás, quién sabe, sueñes con mi sueño
de besos enredados en una ciudad con río,
en una cama sin prisas,
en un cielo azul, tan azul ¿como tus ojos?
Quizás quisieras verme, para volver a
sentirme,
con sólo imaginarlo se me desboca el
corazón.
Y tiemblo al pensar que ni siquiera
recuerdes mi nombre,
ni la inicial que te regalé colgada de un
suspiro.
Anabel Consejo
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