Hoy me he
levantado determinante,
decidida a
abordar el bote de mermelada de higos
y a no permanecer
lejos de ti.
Me niego a seguir
privando a mi lengua
del amplísimo
sabor a pepitas verdes
que invaden mis
dientes al leer tus poemas.
Los como verso a
verso,
paladeo las eses
y las equis,
me caigo por los
encabalgamientos
y te digiero en
el punto final.
La tostada está
impregnada de ti,
tan reluciente y
desigual
como unas sabias
pinceladas,
tan apetitosa y fragante
como un descarado
capullo.
Es tu pecho
desnudo,
tus manos en mi
vientre,
es del color de
mi mirada cuando te deseo.
Cerca de mí como
la tostada mordida,
como el poema
asimilado,
como la perdición
de mis húmedas manos.
Hoy vas a estar
dentro de mí.
Anabel Consejo
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