lunes, 18 de marzo de 2013

Ablación





Barcelona, después de conocerte…

Pregunto por ti en el hospital.
Necesito que me cuentes como le devuelves a una mujer
(con su integridad arrasada) su dignidad…
Sonríes dulcemente y entonces entiendo
porqué tantas mujeres a las que has ayudado te adoran
y  te envían desde sus países,
cartas, fotos de sus hijos
y amor.

Después, delante
de un té,
me cuentas la historia de
la última niña;
como si tú
fueras ella.

Dolor con dolor…
…………..


Me amputaron
el naciente
placer
cuando tenía
nueve
años.

Jugaba con Khadija,
mi bonita muñeca
de ojos negros.
Mi madre, impasible,
me la arrancó,
y me segó la
voz con
mis propios
gritos.
(Del pelo,
me quitó
la niñez y
una flor).

Me ataron a
una piedra y
con una cuchilla
vieja me arrasaron
como mujer.

Sin anestesia,
sin piedad.
—Sometimiento de
niña hembra
grabado en mi
chiquilla piel—.

Después de unas
horas puedo,
a través
de un pequeño
orificio con vistas
al diablo,
orinar.

Pero mi madre,
mientras me unta
zumo de limón y
nanas,
sonríe…
Ahora los hombres
me querrán
comprar.
Seré una fiel
mujer muñeca
(de mentira
pero de verdad).
Y lo mejor;
cuando sea mayor,
me podré casar.



Yolanda Sáenz de Tejada



1 comentario:

Mercedes Dueñas dijo...

Estremecedora realidad.....