¿Tú crees que eres feliz..?
Eso, querida,,
es que no has
vivido conmigo.
Me gustan mucho
tus alas.
Alas de pez y
de tierra,
de mordiscos
casi de sangre y
de amante
libre.
Alas que necesito
acariciar.
Y me gustan
tanto
(tus alas)
que a veces,
cuando duermes,
te arranco
una pluma de
la espalda y
la chupo
obsesivamente
para quedarme
con el resto
de tu vuelo
entre mis dientes.
Me enloquecen
tus alas.
Alas que
me empujan
al vacío,
que me gritan
que salte
contigo
(aunque yo sepa
que me
destrozaré las
raíces y los
sueños si
nos caemos).
Tus alas,
las que hoy,
sin dudarlo,
me quitan
el frío y
me recogen
de mi mundo
para crear
un nido
contigo.
Yolanda Sáenz de Tejada
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